La Wii U ha sido un fiasco. Los números de venta han sido bajos, sin llegar si quiera a los 3 millones de consolas en un año fiscal. Eso la pone por debajo de las 9 millones proyectadas y ni siquiera comparemos con la Playstation 4 o Xbox One, que han vendido casi 5 millones en escasos 4 meses.
Esta performance no es consecuencia tanto por la consola en sí, la Wii tampoco se destacaba por ser una gran pieza de hardware, si no por un nombre confuso, la mayoria piensa aún que la Wii U es solo el control, pocos juegos y una confianza excesiva por parte de los directivos que iban a repetir el éxito anterior, llevaron a la gran N a este presente.
Las ganancias, medidas desde Marzo, arrojaron números por debajo de los 100 millones de dólares y la compañía ya avisó a sus accionistas que presentará un balance en rojo. El presidente de la compañía Satoru Iwata ha decidido reducir su salario por 5 meses en un 50% como un gesto para demostrar lo preocupante de la situación. Otros miembros del consejo de directores de la empresa radicada en Kyoto verán reducidos sus cheques en un 20 - 30 %.
Todos estos malos resultados se dan ante una presión cada vez mayor para que Nintendo libere sus franquicias para ser utilizadas en juegos para dispositivos móviles, algo que Nintendo of America apoya, pero la casa matriz en Japón rechaza.
Nintendo siempre se posicionó como un fabricante de hardware con un excelente abanico de productos propios en software. Habrá que ver si están en condiciones de mantener esa postura ante estos recientes resultados o tendrán que tomar el camino de Sega y mutar para sobrevivir.
@srodriguezrey
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