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viernes, 4 de noviembre de 2011

Aerosmith en La Plata

Noelia, una oyente del programa, fue al show de Aerosmith y nos envío su Crítica del show de la banda nacida en Boston; banda que ya revisitamos en La Isla de Los Monos.


Luego de varios amagues, el show arrancando pasaditas las 22hs. Lo primero que se advirtió al apagarse las luces fue una especie de música épica que sonaba de fondo, mientras en la pantalla que estaba atrás del escenario (dividida en tres) se proyectaban imágenes. De repente la pantalla se puso en blanco y un efecto hacía parecer que se prendía fuego, formándose lentamente la silueta del logo de la banda… enseguida, detrás de la pantalla aparecieron las sombras de sus integrantes… y el distintivo agudo de Steven Tyler se escuchó diciendo “Buenos Aireeeeeeeeeees”. El ambiente empezaba a calentarse. Sonaron unas sirenas y se desplegaron luces, hasta que, de la nada…
en medio de la pasarela dispuesta desde la mitad del escenario hasta casi el final del campo vip, aparecieron Perry con un traje negro y rojo y Tyler con saco largo blanco brilloso, chupines del mismo tono, una remera verde con una cara de mujer, una bufanda multicolor y galera negra con pluma y anteojos negros.. y su clásico micrófono con cintitas… y sonaron los acordes de “Draw the line” al palo.. y la gente enloqueció y comenzó a saltar.  
En seguida engancharon con el viejo clásico “Same old song and dance” (que por momentos tuvo algunos problemas con el sonido) y Steven tiró sus anteojos a la multitud… mostrando sin vergüenza alguna su ojo morado, resultado del accidente que había sufrido días atrás en Paraguay y que por momentos nos hizo temer que se cancelara la gira. Más allá de eso, el magullado cantante demostró que si 20 años no es nada, 63 es casi nada, porque hizo su performance habitual de saltar, correr y hacer piruetas, alternando entre la pasarela y los distintos miembros de la banda, y hasta concluyó el tema abrazado a un parlante.
El repertorio siguió con un ovacionado “Mama Kin” cuyo estribillo fue cantado junto a Perry al borde de la pasarela para deleite de los privilegiados del campo vip.
Ya el saco, la bufanda y la galera del cantante estaban vaya a saber dónde.. Y se escuchó un sonido de vientos y de agua, la inconfundible intro de “Janie’s Got A Gun” sonaba despacio, pausada… y el clima cambió en el escenario y en el estadio por el lapso que duró el tema, volviéndose más serio y solemne.
Luego, la poderosa bata de Kramer marcó que ya era hora que  comenzara  “Livin on the edge” y durante el estribillo Tyler, que estaba ya totalmente instalado en la pasarela, cedió el micrófono a los fans para que lo cantaran…   
Entonces, vino uno de los, a mi criterio, mejores momentos de la noche, cuando es presentado Kramer, quien se mandó un solo de bateria memorable, en un momento ayudado por el propio Tyler (quien en sus comienzos fue baterista) y más tarde se deshizo de sus palos y siguió pegándole a los parches de la misma forma, pero usando sus puños, codos y cabeza.
Terminado el solo el estadio estalló en aplausos y Tyler empezó a alentar a que coreáramos diciendo “Ole ole ole ole.. Kreimer Kreimer..”, el público, obediente acompañó el cantito, aunque algunos dijéramos “Kramer” en lugar de “Kreimer”
Enseguida la ovasionada batería marcó el comienzo de la rockera “Rag Doll”... y después sonó el super hit “Amazing”, y allí el que se dio el lujo de dar un solo notable fue Perry…
En un momento, alguien del público tiró una bandera argentina al escenario y Tyler se la puso a los hombros y gritó "Buenos Aires, I fucking love you". Demagogia? Nahh..
Con una breve intro de teclado seguida por algunas vocalizaciones locas de Tyler, éste siguió hablando al público: “What I’m really trying to say is….. There goes my old girlfriend…” y no hay dudas que va a comenzar otra romanticona balada de corazones rotos.. “What it takes” se llama, todos la sabemos y “ayudamos” al viejito bocón que la está cantando a capella (y que por cierto no precisa de ninguna ayuda, pero está feliz de tenerla), hasta el estribo en el que le sigue la banda.
Y ahora llega el turno del segundo violero de la banda, Brad Whitford, suena entonces “Last Child”, un tema no tan hitero como sus predecesores, pero un clásico de los recitales de la banda que le da la oportunidad a Whitford de lucirse con un solo como primera guitarra.  
Acto seguido suena un tema de “Honkin on bobo” el último album que sacó la banda, que está formado por versiones de viejos temas de blues. Y Perry nos canta "Stop Messing Around", cover de Fleetwood Mac, pero lo que más se luce de este tema realmente es la armónica de Tyler y un solo de teclado que, en la opinión de quien les escribe, es otro de los momentos memorables de este show.  

En medio del tema, advertimos desde la platea que el público del campo trasero huía despavorido hacia la platea trasera, es que se había largado a llover, una lluvia realmente muy fuerte. Pero eso en ningún momento achicó a los músicos, que no sólo no abandonaron la pasarela, mayormente frecuentada por Perry y Tyler, sino que parecían incluso haberse potenciado con la lluvia.. y realmente disfrutarla. Prueba de ello, es que el cantante dijo poéticamente “God is crying” y creó el clima ideal para que sonara la melosísima “I don’t want to miss a thing”, mientras el viento y la lluvia le pegaban en la cara.. y todo parecía un efecto especial que quería emular el video clip de Armagedon… Claramente otro momento memorable del espectáculo que ya había justificado el precio de su entrada.. y nos había dejado quedarnos con un vuelto.
El clima sentimental siguió cuando sonó el famosísimo “Cryin”, reversionado por Tyler que, como en otros recitales, jugó con los tiempos y los tonos a su antojo.
Falta sólo que sea presentado Hamilton, quien también ignorando la lluvia desfila por la pasarela con su bajo dorado y puntea el comienzo de “Sweet emotion” que marca el final de un recital al que no le faltaron clásicos ni calidad en la performance de todos y cada uno de los integrantes de la banda, que se ocuparon de despejar cualquier duda que hubiera de por qué hace más de 30 años que la siguen rockeando.

Apenas ponen un pie fuera del escenario comienzan los bises y la banda sale a tocar la legendaria e infaltable "Dream on", con unos agudos de Tyler que no tienen nada que envidiarle a los de sus primeras épocas.
Se enganchó enseguida "Love in an Elevator",  y todos, incluso Tyler, sabíamos que no quedaba mucho más para el fin y lo manifestamos saltando y bailando a más no poder. 
Finalmente, llegó la hora del clásico cierre con "Walk this way" con Perry y Tyler al borde del escenario ya empapados por la constante lluvia que no amainaba y coronando a puro rock and roll una noche absolutamente emocionante e inolvidable. 

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