Luego de
haber tocado en los principales teatros y estadios de Argentina desde
principios de la década del 90, La Mississippi parece haber encontrado
finalmente su lugar en la escena
local en La Trastienda. Dueños del
record de presentaciones en el local de San Telmo (más de 50), el quinteto se
siente como en casa, al igual que sus seguidores que colmaron el recinto, convirtiéndolo
en una fiesta de amigos.
Los años de experiencia sobre las tablas quedan demostrados en el sonido claro y contundente de la banda, donde la precisa base de Juan Carlos Tordó en la batería y Claudio Cannavo en el bajo le permite el lucimiento al tecladista Gastón Picazo (una inyección de sangre fresca en la banda) y al guitarrista Gustavo Ginoi
Por su parte el líder Ricardo
Tapia demuestra que además de ser un músico completo (se destaca con la armónica
supliendo la sección de vientos, además de acompañar en la guitarra rítmica y
el slide) es un destacado frontman que arenga al público en los momentos más enérgicos
como Un día feliz y también puede volverse profundo, como en la mención del
controvertido fallo sobre el caso Marita Verón en Celda gris.
Obviamente
la lista de temas estuvo enfocada en Búfalo, su última y muy recomendable producción,
del cual sonaron El titular, No confío y Ermitaño, entre otros, mezclados con
clásicos del repertorio de la banda como El matadero, Niño bien y Mabel. Además de la celebrada visita de
Don Vilanova que subió para trenzarse en un duelo de guitarras con Ginoi en el
tema Mis amigos.
El fierro
marcó el comienzo de la ultima parte del show antes de los bises donde sonaron
Café Madrid, El Gato de la calle negra de Pappo´s Blues (Con Don Vilanova
nuevamente sobre el escenario) y el final con Un trago para ver mejor, un
cierre ideal para un año con balance altamente positivo
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